Historiadores sitúan los orígenes del juego del ajedrez en la India Septentrional ligado al antiguo Imperio Persa, siendo conocido por su nombre sánscrito de Chaturanga. Fueron los árabes quienes, tras la conquista del Imperio Persa (años 632 y 651), contribuyeron decisivamente a la expansión del juego al que darían el nombre de Shatranj. En Europa se introduce por diversas vías. Durante el Imperio Bizantino, vía Constantinopla, llega a Rusia a comienzos del siglo VIII, mientras que a España lo traen los árabes en el siglo IX.
Las reglas del ajedrez moderno datan de finales del siglo XV cuando se regulan de manera decisiva los movimientos de la dama, del alfil y del peón. El ajedrez es un juego para dos jugadores, cada uno de los cuales dispone al comenzar la partida de un total de 16 piezas (rey, dama o reina, 2 torres, 2 alfiles, 2 caballos y 8 peones), siendo las de un jugador de color blanco, mientras que las del oponente serán negras.
El tablero de Ajedrez es un cuadrado de 8x8 que hace un total de 64 casillas llamadas escaques, que alternan los colores blanco y negro. Cada pieza del juego tiene su propio movimiento:
El Rey se puede mover en cualquier dirección, avanzando o retrocediendo, pero siempre una sola casilla, salvo que se enroque con la Torre, en cuyo caso se tratará de un movimiento lateral de 2 casillas. La Dama o Reina, se puede mover en cualquier dirección, avanzando o retrocediendo el número de casillas que desee. El Alfil, sólo puede hacer movimientos diagonales por los escaques de su color. La Torre, sólo puede hacer movimientos horizontales y verticales, avanzando y retrocediendo cuantas casillas desee. El Caballo, hace movimientos en forma de L, esto es; 2 casillas verticales seguidas de 1 casilla horizontal o viceversa. Es la única pieza que puede saltar por encima de otras. El Peón sólo puede avanzar en vertical; hasta 2 casillas en su primer movimiento, y de 1 casilla los siguientes. Los movimientos de avance en diagonal de 1 sola casilla sólo son para ‘comer’ una pieza del oponente. Si el peón alcanza la última fila del tablero, se puede transformar a elección del jugador en una Dama, Torre, Alfil o Caballo del mismo color.
El objetivo del juego es dar Jaque Mate al Rey contrario, es decir, capturarlo. Se trata, por tanto, de un juego de estrategia, donde cada movimiento realizado puede influir decisivamente en el resultado de la partida, de ahí que resulte conveniente aprender a formular un plan de juego y a ejecutar los movimientos tácticos más adecuados en cada situación.
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